¡Si! Por fin ha llegado el momento de firmar el contrato.

Ya está todo acordado: precio, duración y fecha de inicio.

Pero todavía surge una duda más: te plantean realizar un inventario.

Y … ¿Qué es un inventario?

Es un documento en el que se deja constancia de los bienes con los que se entrega la vivienda y del estado de los mismos.

Como todo documento, debe incluir la identificación de la vivienda y de los interesados (el propietario y el inquilino o sus representantes), lugar, fecha y, por último, la firma de los interesados.

Y, por supuesto, el Inventario contiene una lista de todos o de la mayoría de los bienes que se ponen a disposición del inquilino para que este los use mientras dura el alquiler de la vivienda, por ejemplo, los electrodomésticos o los muebles, en caso de que la casa se alquile amueblada.

Generalmente, el propietario facilita el listado de los bienes que se entregan, sobre todo, cuando se trata de un alquiler de vivienda amueblada ya que es el que mejor los conoce y el mayor interesado.

En cualquier caso, lo ideal es enumerarlos o describirlos, si es necesario, y añadir una foto. Especialmente de los más valiosos o frágiles.

El detalle del Inventario ya depende de lo exhaustivo que sea cada uno y de valorar si merece la pena incluir, por ejemplo, todo el menaje detallando el número de platos y vasos o si es suficiente con una descripción general, a no ser que haya algún bien que merezca mención especial.

Actualmente, la mayoría de Inventarios son documentos digitales, especialmente en el caso de viviendas amuebladas, sobre todo, si incluyen fotos.

Lo más práctico es tener el documento preparado, y revisarlo y firmarlo en el momento en que el inquilino recibe las llaves y se hace cargo ya de la vivienda y su contenido.

Siempre conviene dejar constancia por escrito de los bienes que se encuentran en la vivienda y del estado de los mismos. Y, desde luego, es imprescindible en el caso de viviendas amuebladas.

El Inventario es importante por 2 razones:

Primero, para comparar y comprobar el estado de los bienes y de la vivienda misma al devolver la vivienda al propietario una vez terminado el alquiler y recibir la devolución de la fianza.

Y segundo, es el momento de dejar constancia por escrito de todos los defectos o desperfectos que se vean en la vivienda, como, por ejemplo, un azulejo roto en una pared, para que, o bien, lo repare el propietario si así lo acuerdan o, bien, no se responsabilice al inquilino al finalizar el contrato.

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Photo credit: Drift Words on Visual hunt / CC BY-NC-SA